RESEÑA DE LA SEGUNDA NOVELA
El final de la primera de las historias que componen
este libro nos sirve de transición y prólogo para la segunda de las novelas
cortas que componen esta obra, y además es la que da título a la globalidad del
libro, siendo un homenaje a su alma gemela Marleen.
En esta segunda novela tenemos la muestra perfecta
de que el amor, sea del tipo que sea (aunque en este caso hace especial
hincapié en un amor platónico), si es de verdad y correspondido termina
imponiéndose aunque transcurra toda una vida. Simplemente amor puro sin
necesidad de sexo que ensucie la relación.
Pero haciendo otra lectura de la novela se puede
decir que es un repaso por la vida de un escritor y su proceso creativo, donde
la inspiración le viene de la mano de una musa, siempre un amor platónico y
muchas veces correspondido y real. En esta realidad paralela que describe nos
da las dos versiones de escritor que más frecuentemente podemos encontrar, el
que escribe casi más por placer y para una inmensa minoría que entienda su obra
y disfrute con ella, que para ser reconocido y ganar dinero haciendo de la
escritura su forma de vida. Y el segundo tipo es aquel autor reconocido que aun
repitiendo esquemas gana premios y vende una enorme cantidad de novelas
simplemente por ser un miembro consagrado dentro del mundo editorial.
Además, como en la anterior novela, hay un homenaje
hacía aquellas personas que han reseñado su obra, y que más le han gustado o
llegado, ya que contiene frases sacadas de estas críticas.
Y fijándonos, por último, más nos daremos cuenta que
los personajes femeninos son las protagonistas de sus novelas publicadas, y
quizás por publicar, a excepción de Neel que ya explica él que es su mujer, al
igual que el personaje de Rod, que es él mismo, con otros nombres y que van
creciendo como harían si fueran humanas reales. De este modo su relación con
ellas se corresponde a las revisiones que hace de todas sus novelas para
mejorarlas según sus criterios. Es por ello que conforme avanza la lectura
estén más unidas a Rod que a sus padres novelescos.
Un lujo tenerte como lector-reseñador, Oscar. Y muy contento de que formes parte de esa inmensa minoría. La reseña, muy acertada, como de costumbre.
ResponderEliminarHay que ver el jugo que se le puede sacar a unas novelas que, de primeras, parecen tan sencillas, ¿verdad?
ResponderEliminarMe alegra que la hayas disfrutado