Gracias a Roca editorial por hacerme llegar este ejemplar, he podido tenido la oportunidad de adentrarme en una investigación fascinante que nos lleva a las entrañas de lo que verdaderamente somos y no queremos aceptar.
En
este ensayo filosófico, con gran cantidad de datos biológicos y antropológicos,
se nos traslada a los orígenes de la Humanidad para responder a las preguntas
bases del relato: ¿Qué nos asemeja con el resto de animales? ¿Por qué nos creemos
la cúspide de la evolución?
La
primera hipótesis que desarrolla la autora está relacionada con la idea de que
nuestra capacidad para pensar y la ética y moralidad con que nos conducimos nos
hace más que animales, pero animales al fin y al cabo. Aunque bien es cierto
que defiende la idea, la realidad biológica mejor dicho, de que somos animales
a los que la evolución los llevó a ser el animal más poderoso de la Naturaleza.
Por
otro lado, aunque no comparte esas ideas, nos hace llegar todos los puntos de
vista y pensamientos filosóficos que existen y han existidos y han postulado
sobre este tema, dando noticia extensa de las cuestiones por las que hay muchos
científicos y demás personas que creen que no somos animales.
Después
de esto nos adentra en los pensamientos que creen que los seres humanos son una
especie de dioses capaces de crear y rediseñar la vida de su entorno a
discreción porque se tiene la idea de que los animales no sienten, ni piensan
ni tienen la misma conciencia de su existencia, mientras que los humanos si
tenemos esa conciencia subjetiva que nos diferencia del resto de especies. Así
nos previene de este peligroso pensamiento, haciendo hincapié en que somos
animales que se han olvidado de esta condición.
Ahora
bien, para conseguir esto nuestra reacción cognitiva más frecuente es
deshumanizar a otras personas, por motivos económicos, políticos, religiosos o
raciales, a las cuales utilizamos en nuestro beneficio sin ningún pudor. Sin
embargo esta forma de actuar no impide para que los humanos, “Homo sapiens”,
basemos nuestra forma de vida en la socialización al igual que hacen las demás
especies de animales.
Y
aunque muchos humanos no quieran otorgársela, los animales también tienen
conciencia, aunque no tienen desarrollado una conciencia moral que indique que es
lo que está bien o mal.
Durante
todo el ensayo la doctora Challenger nos va guiando por las diferentes visiones
que existen sobre el hombre para que a poco que reflexionemos nos demos cuenta
que nuestro comportamiento es idéntico al de los animales, pues somos animales
que gracias a la evolución desarrollaron una conciencia que nos hizo darnos
cuenta de nuestra propia existencia, amén de una racionalidad que superó a las
conductas instintivas que todavía conservamos.
También
nos avisa sobre los peligros que supone fiarlo todo a la Inteligencia
Artificial (I.A.) y a las máquinas, en querer convertirnos en máquinas para
evitar la muerte, pues perderíamos nuestra verdadera esencia por mucho que nos
creamos superiores al resto del reino animal. De esta manera nos revela y hace
que pensemos en los problemas éticos y morales que acarrea este comportamiento.
Y
aunque haya muchos humanos que no quieran aceptar el hecho de que somos
animales, biológicamente demostrado, por el simple hecho de ser capaces de ir
aumentando nuestro conocimiento a través de la acumulación del mismo, y ser
capaces de pensar en cuestiones abstractas, lo cierto es que esto no nos hace
diferentes a los animales cuando tenemos que reaccionar a algún estímulo que
nos provoque ansiedad, miedo o pánico. Por ello, al igual que nuestros
parientes animales, buscamos refugio y confort en el grupo ante estas
situaciones.
Ni
siquiera el comportamiento ante la muerte nos humaniza o nos hace
excepcionales.
En
definitiva, lo que creemos que nos hace únicos no es más que una creencia que
nos hemos inventado para justificar nuestras acciones.
Bajo
mi prima de opinión, este denso, por la cantidad de información y argumentos
que aporta, no por su dificultad para entenderlo ni por su extensión, lo que
hace es abrirnos los ojos hacía una realidad que ya hemos olvidado, o hemos
querido olvidar, y que nos ha llevado a ir destruyendo nuestro planeta al
pensar que estaba a nuestro servicio y no al contrario.
Leyendo
sus páginas he vuelto a recordar de dónde venimos y he podido vislumbrar hacía
dónde vamos, o iremos, si no cambiamos nuestra manera de pensar y actuar.
Además de reforzar mi pensamiento de que no somos inmortales, ni lo seremos,
pues aunque consigamos prolongar la vida de nuestro organismo, al ser un ente
biológico tiende a morir para generar nuevas formas de vida. Al igual que ha
hecho que reflexione sobre que lo que nos diferencia del resto de animales
también hace que nos demos cuenta que somos hijos del mismo proceso evolutivo.
Finalmente
tengo que decir que me encantó su lectura, altamente recomendable para ajustar
nuestro comportamiento hacía el planeta, a la par que me ayudó a comprender
mejor el mundo en que vivo y el devenir de nuestra propia especie, aquejada de
un lento proceso de extinción provocado por nuestra intervención artificial
sobre el ecosistema que nos rodea.
Contiene una amplia bibliografía para seguir investigando sobre el tema y varios índices onomástico, geográfico y alfabético.
Si
estáis interesado en esta obra, podéis conseguirla en:
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
- Título: El animal
que somos: Una nueva historia de lo que significa ser humano
- Nº de páginas: 270 págs.
- Editorial: Roca
- Idioma: Español
- ISBN: 9788417805937
No hay comentarios:
Publicar un comentario