En esta entrada comentaré la segunda parte de una de las grandes novela histórica de la literatura universal.
En ella su autor, Robert Graves, nos continúa narrando la vida del emperador Claudio y como aceptó el trono imperial a pesar de sus ideas republicanas.
Durante el reinado de Claudio, Roma vuelve a conquistar nuevos territorios, entre ellos y en especial, las islas británicas, donde es idolatrado como un dios por primera y única vez de forma consciente por los habitantes de las islas.
Además, el emperador Claudio intentará devolver al Senado romano los poderes que poseía en la época republicana, pero los senadores siguen comportándose como unos pusilánimes y únicamente buscan el favor del emperador.
Por otro lado, Mesalina, la esposa de Claudio, a través de diferentes mentiras y engaños y gracias al hecho de la gran influencia que tiene sobre éste, gobernará de forma autoritaria y caprichosa sin que nuestro protagonista se dé cuenta de ello. Aunque al final, y gracias a la amistad de alguno de sus libertos y de la meretriz Calpurnia, consigue evitar que le asesinen y descubre la trama que había tramado su enamorada para hacerse con el control absoluto del Imperio.
Al final de la obra, se nos presenta un Claudio sin fuerzas ni ganas de seguir gobernando, por lo que tras un nuevo matrimonio y la adopción del hijo de su nueva esposa, el futuro Nerón, deja al pueblo de Roma a su suerte, ya que se conciencia de que es imposible volver a la época republicana porque el pueblo y sus próceres no tienen la misma voluntad y conciencia democrática que sus ancestros.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
- Título: Claudio el dios, y su esposa Mesalina
- Nº de páginas: 704 págs.
- Editorial: EDHASA
- Idioma: Castellano
- ISBN: 9788435062626