Cuenta
la autora la historia de la vida y huida de su abuela Inge de Königsberg
(Kaliningrado) en la antigua Prusia Oriental (Alemania), actual Rusia, en plena
Segunda Guerra Mundial ante el poder tan terrorífico que iban adquiriendo los
nazis y su caída a manos de los Aliados al final de la guerra.
También
es la manera en que tras años de secretos terminan destapándose y cambiando la
forma de ver y entender a la misma persona.
Siguiendo
la vida de Inge, nos vamos adentrando en la visión de una chica de clase media
alta de la Alemania pre Segunda Guerra Mundial y primeros años de Hitler y la
subida del nazismo a la cima del poder en Alemania, a la que no le importa nada
la política ni está interesada en nada del mundo que la rodea que no sea la
diversión y la música, en especial bailar swing. Así con sus ojos vamos
reviviendo momentos clave del nazismo antes y durante la Segunda Guerra
Mundial.
Esto
nos hace sentir cómo la juventud, hablando de manera genérica, no se implica en
los grandes acontecimientos a menos que no les toque muy de cerca. Aunque
también era una manera de rebelarse contra el sistema a través de la música.
De
este modo, con la narración que hace su abuela Inge nos transmite el horror que
produce la guerra, no solo en el plano militar, en los civiles que terminan
siendo víctimas involuntarias de los desvaríos megalómanos de sus gobernantes.
En el caso de Inge, una de tantas historias, asistimos a momentos dramáticos
cuando detalla los episodios de su huida y cómo se exhibe el espíritu de
supervivencia de las personas.
Con
ello descubrimos, o mejor dicho constatamos que los alemanes también fueron
víctimas de las locuras de sus líderes y de la venganza del resto de países
contra los que estuvieron en guerra. Así vemos que fueron refugiados en su
propio país y víctimas de la vergüenza por las atrocidades que silenciaron.
Aunque también hay luces que dejan ver la generosidad y solidaridad de la
población.
En
relación a las mujeres, fueron de las que más sufrieron la venganza y las que
más supieron callar las violaciones que sufrieron para que se pudiera recuperar
el pulso normal de la vida de antes de la guerra. Fueron años en los que la
población más joven tuvo que coger las riendas de las familias, incluidos sus
progenitores, para poder sobrevivir, perdiendo su juventud por mor del
bienestar de sus allegados.
En
este viaje por los recuerdos de una familia alemana, se nos muestra que los
habitantes germanos también fueron víctimas aunque no se les reconoce tal condición
en el acerbo popular, pues se les criminaliza por igual que a sus líderes
políticos nazis aunque no tuvieran más remedios que acatar las órdenes
gubernamentales para no terminar ellos también presos y en el peor de los casos
muertos.
Además,
este ejercicio de retrospección familiar por parte de la autora nos hace ver lo
importante que es conocer la historia para valorar más a nuestros ancestros, y
especialmente para no repetir los mismos fallos que llevan a situaciones
insostenibles para la sociedad.
Su
lectura abre los ojos a lo que sufren las personas que tienen que sobrevivir durante
un conflicto bélico, y cómo tienen que afrontar los desprecios de los países
que los acogen.
Recomendable
su lectura para no olvidar el horror de la guerra, el cual parece que a veces
se olvida.
DATOS
BIBLIOGRÁFICOS
- Título: La guerra
de Inge
- Nº de páginas: 350 págs.
- Editorial: Critica
- Idioma: Español
- ISBN: 9788491992455
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