El
ensayo de Irene Vallejo nos traslada a los primeros años, después de la dominación
mundial de Alejandro Magno, a la Alejandría de su general Ptolomeo, que a la
postre fue el que a través de su idea de ser el más poderoso en la guerra civil
que enfrentó a todos los generales alejandrinos construyó la gran Biblioteca de
Alejandría. En ella continuó las ideas megalómanas del gran conquistador
macedonio, pero a través de los libros que son los verdaderos poseedores de
poder, es decir la información es poder.
Siguiendo
su viaje, nos lleva de Alejandría a Oxford comparando las funciones de las
bibliotecas y museos de la Antigüedad y la concepción moderna de los mismos.
Igualmente
nos traslada al nacimiento de la palabra escrita y por ende el alfabeto, una de
las grandes revoluciones de la Historia, y con ella la Literatura, como método
para plasmar el lenguaje oral y las historias que se contaban comparándolo con
lo que supuso la universalización de Internet en nuestras vidas. Es decir una
manera revolucionaria de salvaguardar el conocimiento de forma sencilla, aunque
en un principio hubiera mucha oposición o rechazo a la idea. Caminando por esta
senda nos traslada a la manera o mejor dicho a quienes tenían derecho a la
educación en la Grecia Clásica, particularmente Atenas, y lo extraordinario y
estrambótica que resultaba que una mujer frecuentara esos centros de erudición,
aunque hubo casos documentados de que también asistían. En ese viaje a las
costumbres griegas – atenienses nos indica también cómo nació la Historia como
disciplina científica y los métodos de conservación del material escrito, los
papiros y el pergamino algo más adelante.
En
su repaso por la cultura griega clásica no deja de hacer comparaciones con la
actualidad y hacernos ver que todo está inventado. Y aunque sea un ensayo sobre
la Historia del libro y las bibliotecas en Grecia y Roma, también nos trae un
numeroso grupo de obras más o menos actuales que hunden sus raíces en el mundo
grecolatino, por lo que se puede incluir historia de la Literatura dentro de su
ámbito de estudio.
Terminado
el periplo por Grecia, nos traslada sin solución de continuidad a Roma. Este
pueblo, más guerrero e inculto que el griego helenístico, también supo ser más
práctico y adoptó la cultura y la literatura griega como propia hasta el punto
de que los maestros eran griegos, generalmente esclavos, al igual que sus
primeros literatos.
En
su viaje por las costumbres literarias y educativas romanas observamos las
formas que permanecerán a lo largo de los siguientes siglos como dogma
educativo.
Así,
con su lectura nos adentramos, aunque vagamente, en la Historia de estas dos
civilizaciones, y sus diferentes maneras de pensar, que son la base de nuestra
civilización.
Pasa
también a hablarnos de la importancia de los libreros y las diferencias con la
producción editorial actual. Y sobre todo en la época romana pone en valor la
invención del códice, esto es juntar varias tablillas o pergaminos, como la
revolución que abarató la lectura y la hizo más asequible y permitió que se
conservara más tiempo el material. Este formato es el mismo de nuestros libros.
También
nos detalla la estructura de las bibliotecas públicas en Roma y su fecha de
creación.
Para
concluir su repaso histórico con los distintos intentos de eliminación de los
libros a manos de otros tantos creadores de pensamiento único, dictadores de
todos los colores políticos.
En
cuanto a mi opinión personal este ensayo sobre la Historia del libro en la
Antigüedad es un apasionante, y a la vez divertido, viaje por la cultura de la
que somos herederos. Consiguiendo que volvamos a vivir en aquella época y
sufrir los mismos lamentos con la destrucción de estas obras de arte, tanto
intelectual como arquitectónico, ejemplos son la Biblioteca de Alejandría, la
de Pérgamo, la de Sarajevo, etc.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
- Título: El
infinito en un junco
- Nº de páginas: 454 págs.
- Editorial: Siruela
- Idioma: Español
- ISBN: 9788417860868
No hay comentarios:
Publicar un comentario