La
novela comienza con un cónclave entre los dioses romanos más importantes sobre
el futuro de Julia.
En
la parte que incumbe al desarrollo de la historia sigue siendo Galeno quien se
encarga de relatar los acontecimientos que acontecen durante la novela.
Tras
conseguir su objetivo, Julia tiene que hacer frente a las intrigas de un oculto
y poderoso enemigo que quiere el poder absoluto de Roma, Plauciano, el praetor
y amigo íntimo del emperador Severo.
Los
dioses en asamblea habían decidido que Julia afrontara 5 pruebas mortales de
necesidad, siendo la primera la traición a la familia imperial de Plauciano,
como ya se ha apuntado antes. Con este está en guerra silenciosa y soterrada a
vida o muerte, estando incluidos dentro como actores de la misma el futuro
emperador Caracalla (Antonino) y la hija de Plauciano, además del resto de la
familia imperial.
Tras
la eliminación de Plauciano, Julia tiene que afrontar otra dura prueba,
intentar que sus 2 hijos no se maten entre ellos por el poder, esta es la
segunda prueba divina. No lo consigue y además casi le cuesta la vida, pero
Julia resiste.
Al
superar esta segunda prueba celestial, el odio y la xenofobia que algunos de
los dioses romanos reflejan, es el mismo que los supuestos descendientes de los
fundadores de Roma, los senadores, tienen hacía ella. Aunque no se den cuenta
que Julia ha salvado varias veces Roma y su imperio aun siendo de una provincia
oriental, y considerada extranjera por no tener la ciudadanía romana.
Y
Julia vuelve a superar otra prueba, la tercera, incluso perdiendo a su más leal
servidor y sin poder controlar totalmente a su hijo. En este apartado, el autor
sigue sirviéndose de los dioses para recriminar otros males de toda sociedad,
el machismo y la autocomplacencia.
Incluso
siendo su dinastía usurpada y ella víctima de una enfermedad mortal, Julia es
capaz de discernir un plan para que su familia recupere el poder aun cuando
ella falte.
Y
otra enseñanza más, o mejor dicho la gran enseñanza que nos brinda tanto esta
obra como su antecesora es que subestimar a alguien por razón de su sexo es una
gran equivocación. Y eso precisamente es lo que hicieron con Julia Domna y con
tantas otras mujeres que mostraron un brillante intelecto, superior al de
muchos hombres de su época, en una sociedad eminentemente machista.
Al igual que ocurre con
menospreciar a nadie por su condición social o su poder económico. Ejemplo de
ello es la poca importancia que se le dio al cristianismo en la época de la
novela por ser una religión de esclavos, que termino dominando medio mundo.
El
final de la obra muestra los primeros síntomas de lo que después sería una de
las grandes causas de la caída del imperio romano.
Como
siempre en sus obras, presenta una buena nota histórica, así como una
bibliografía y un glosario de términos en latín utilizados en la novela.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
- Título: Y Julia retó a los dioses
- Nº de páginas: 786 págs.
- Editorial: Planeta
- Idioma: Español
- ISBN: 9788408224693
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