En
esta nueva entrega de la agente Mila Vasquez, tenemos a un susurrador tatuado
que ha inducido al asesinato de una familia que vive ajena a la tecnología, al
igual que Mila, y que puede tener en común con el padre de la familia un
tatuaje numérico.
Tras
descubrir al verdadero asesino Mila regresa a casa descubre que han secuestrado
a su hija, pero en ese instante comienza su aventura a través de un juego
virtual de finales de la década de 1990. Para poder encontrarla con vida tiene
que centrarse en las pistas que “Enigma”, el susurrador, le va dejando en sus
diferentes incursiones en el juego.
Este juego es un espejo
en Internet del mundo real, y a partir de ahí resolver crímenes mal resueltos
por la policía de la vida real.
Para ello contara con
la ayuda de un excompañero, Simon Berish, y de Cicerone a un siniestro
personaje llamado Pascal, que le irá indicando las reglas que rigen el juego.
El nombre del mismo es Dos o El más allá.
Mientras más avanza en Dos, más desconfía de la gente que la rodea hasta que consigue
averiguar los verdaderos motivos de Pascal y Enigma.
El autor hace varias reflexiones filosóficas sobre el uso
de Internet tanto para hacer el bien como para hacer el mal.
Toda la novela, a mi
entender, es una crítica a esta sociedad tan informatizada y dependiente de
Internet, el cual es el arma del que se sirven los políticos y demás poderes
fácticos para controlarnos. Además de ser una ventana para entrar sin necesidad
de autorización en la vida de las personas.
La novela engancha desde el principio con un ritmo rápido
que no deja tiempo al aburrimiento.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
- Título: El juego del susurrador
- Nº de páginas: 410 págs.
- Editorial: Duomo
- Idioma: Español
- ISBN: 9788416261635
Me gusta que mande el mensaje de que Internet puede ser usado bien o mal y es, a día de hoy, muy necesario. No he leído nada de Carrisi pero no tardaré en ponerme porque me hace ojitos desde hace tiempo. ¡Muchas gracias por tu reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Muchas gracias por tu comentario
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